“No a la guerra, pero no solo a la de afuera.

¡Detén la contienda que habita en tu cabeza!

La guerra y la paz comienzan en casa.

La guerra interna es la que nos desfasa,

aniquila los sentidos…nos desgasta.

El auto ataque, el saboteo, la auto exigencia.

¡Necesitamos amarnos con urgencia!

Los mil reparos y reproches hacia ti mismo,

enfermedades, culpa y dolor, traen como castigo.

El mundo exterior solo lo muestra ¡Reconcíliate contigo!

Amémonos a nosotros mismos y luego convidemos,

porque no podemos dar de lo que no tenemos.

Los acuerdos de paz son primero internos,

como reflejo se vuelven externos.

¡Mente y corazón, recuerdos y ancestros reconciliemos!

Me reconcilio conmigo, ése es el paso uno.

Amarme a mí mism@, eso es lo más oportuno.

Con brillo y sombras, miedo y coraje, todo incluido.

Me entrego, me suelto, me rindo, me inclino.

Me atrevo a amarme, ¡YA NO ES PROHIBIDO!”.

Antonia Regalado G.