“Saco bandera blanca, la agito al viento.

Me declaro la paz, me digo: lo siento.

Cuando comprendo al rival, ya no hay descontento.

Y veo que la separación era solo un cuento.

La lucha por mi territorio interior ahora cesó.

El que creía un enemigo, ya confesó.

Dijo su verdad, ya el miedo pasó.

Y una luz en mi corazón, ya se posó.

Pasaporte universal, no hay visa, solo hagan la fila.

La Tierra es de todos, lugar donde todo se hila.

Cuando abrazo mis sombras, me quedo tranquila.

Siento mi pulso y mi latir ya no vacila.

Guerrero de luz, que ve lo sagrado en cada momento.

Guerrero de amor, que da y recibe sin lamento.

Guerrero interior, que de su cuerpo hace un templo.

Guerrero de paz, aquí y ahora es el sitio de encuentro”.

Antonia Regalado G